La situación actual de los aficionados catalanes de los equipos de fútbol de Primera División, excepto el Girona, es preocupante. En Cataluña, se ha intensificado la desafección de los seguidores hacia la dirigencia de sus clubes. Históricamente, las contribuciones económicas de los aficionados, a través de carnets de socio y abonos, representaban una parte importante del presupuesto de los equipos. Sin embargo, con el tiempo, los derechos televisivos y otras fuentes de ingresos, como el ‘naming’ del estadio y la venta de palcos, han asumido un papel predominante en la financiación de los clubes. Este cambio es relevante porque, pese a que los seguidores aportan menos económicamente, su apoyo sigue teniendo un valor emocional significativo.
El distanciamiento de los dirigentes
El vínculo emocional entre los aficionados y sus equipos está deteriorándose. Esto es evidente en clubes como el Barcelona y el Espanyol. En este último, por ejemplo, se denuncia la ausencia y desconexión del presidente con los seguidores. En lugar de fortalecer la relación con los fanáticos, los presidentes parecen estar más interesados en la gestión económica y otros intereses alejados del entusiasmo que representa el fútbol.
Un modelo de negocio cambiante
En el panorama actual del fútbol, los derechos de televisión y nuevas estrategias comerciales han desplazado las antiguas fuentes de financiación, como las cuotas de socios. Este cambio ha llevado a que el papel del aficionado tradicional sea minimizado en términos monetarios. A pesar de esto, el apoyo de los hinchas sigue siendo crucial, ya que aporta un sentido de identidad y pertenencia que va más allá de lo económico.
Consecuencias para los clubes
Los clubes que antes representaban oportunidades jugosas para quien asumía el poder, ahora parecen convertirse en responsabilidades sin el brillo esperado. Cuando las expectativas no se cumplen, estos equipos a menudo acaban siendo gestionados como “juguetes rotos”, lo que se traduce en un alejamiento de los dirigentes de los verdaderos intereses de los seguidores.
“Es muy triste ver cómo los presidentes cada vez viven más alejados de este sentimiento, pasa en el Barcelona, en el Espanyol con un presidente ‘missing’, en el Valencia o en el Valladolid.”
- La desafección de los aficionados catalanes es cada vez más notable, especialmente con la dirigencia de clubes como Barcelona y Espanyol.
- Los derechos televisivos y otras fuentes de financiación han reemplazado las antiguas contribuciones de los socios como principal recurso económico.
- El apoyo emocional de los aficionados sigue siendo vital, pero está siendo ignorado por los dirigentes.
- Los clubes están en riesgo de convertirse en “juguetes rotos” al no cumplir las expectativas esperadas.