Un centenar de aficionados del Lazio, que este martes se enfrenta al Bayern en la vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones, han realizado un recorrido por Múnich en el que han entonado cánticos fascistas. Los ultras del equipo italiano, conocidos por su ideología de extrema derecha y su afinidad con el fascismo, han generado polémica al utilizar simbología fascista y realizar saludos fascistas durante su visita a la ciudad alemana. Este acto ha generado una gran indignación y ha reavivado el debate sobre el racismo y la intolerancia en el fútbol.
Aficionados del Lazio entonan cánticos fascistas en Múnich
En vísperas del partido de la Liga de Campeones de esta noche entre Bayern y Lazio (1-0 en la ida para los italianos), un grupo de aficionados del Lazio ha llevado a cabo una visita por Múnich, mostrando de manera explícita su simpatía hacia el fascismo. Los ultras, que son conocidos por su inclinación política de extrema derecha, han utilizado cánticos y gestos fascistas durante su recorrido por la ciudad alemana.
La utilización de simbología fascista y saludos fascistas por parte de los seguidores del Lazio ha generado una fuerte controversia tanto en Italia como en Alemania. Este tipo de actos están prohibidos y son considerados delitos en muchos países europeos debido a la asociación del fascismo con la opresión y la violencia durante la Segunda Guerra Mundial.
El debate sobre el racismo y la intolerancia en el fútbol se reaviva
Este incidente ha reavivado el debate sobre el racismo y la intolerancia en el fútbol, especialmente en un contexto en el que se busca promover valores de inclusión, diversidad y respeto. La UEFA Champions League, como máximo torneo de clubes de Europa, tiene políticas y regulaciones muy claras sobre comportamientos discriminatorios y fascistas. Cualquier club o afición que incumpla estas normas puede ser sancionado con multas, partidos a puerta cerrada o incluso la exclusión de competiciones.
Este caso particular del Lazio pone sobre la mesa la responsabilidad de los clubes en la educación y el control de sus seguidores. Las autoridades del fútbol deben tomar medidas más enérgicas para combatir el racismo y la intolerancia, promoviendo la educación, el diálogo y la sanción a aquellos que perpetúen actitudes discriminatorias.