MURCIA (EP). El silencio se apoderará este Jueves Santo de las calles de Murcia con el desfile de los cientos de nazarenos de las procesiones, una tradición que se repite año tras año y que marca el inicio de la Semana Santa. Las procesiones de Semana Santa son una parte fundamental de la tradición religiosa y cultural de España, y cada año atraen a miles de turistas nacionales e internacionales a las ciudades donde se celebran. Este año, a pesar de las restricciones por la pandemia del COVID-19, las autoridades locales han permitido la realización de las procesiones en Murcia para mantener viva esta tradición tan arraigada en la ciudad y brindar un momento de reflexión y recogimiento a sus habitantes.
Desfile de los nazarenos en Murcia
El Jueves Santo es el día en que las procesiones alcanzan su máximo esplendor en Murcia. Desde tempranas horas de la tarde, cientos de nazarenos se reúnen en las iglesias para iniciar las procesiones. Vestidos con túnicas y capirotes de diferentes colores, los nazarenos recorren las calles de la ciudad portando los pasos, que son estructuras artísticas que representan diferentes escenas de la pasión y muerte de Cristo. Los pasos son llevados en hombros por los costaleros, que se turnan para cargar con el peso de estas enormes estructuras de madera y metal. La imagen de los nazarenos caminando en silencio, al ritmo de las saetas y el sonido de los tambores, es un espectáculo impresionante que deja una profunda impresión en los espectadores.
Preservar la tradición en tiempos de pandemia
Este año, debido a las restricciones derivadas de la pandemia del COVID-19, las procesiones de Semana Santa se han llevado a cabo de manera adaptada para garantizar la seguridad de los participantes y el público. Se ha limitado el número de nazarenos y costaleros, y se han establecido medidas de distanciamiento social y uso de mascarillas. Además, se han suspendido los tradicionales momentos de encuentro y descanso de los costaleros y nazarenos, así como las multitudes de espectadores que suelen agolparse en las calles para presenciar las procesiones.
Sin embargo, a pesar de estas adaptaciones, las autoridades locales han considerado importante permitir la realización de las procesiones para mantener viva la tradición y proporcionar un momento de espiritualidad y reflexión a los ciudadanos en estos tiempos difíciles. La Semana Santa es una celebración profundamente arraigada en la cultura española y, para muchos, representa un momento de recogimiento y unión con lo divino. Permitir que las procesiones se lleven a cabo, aunque de forma diferente, permite que las personas encuentren consuelo y esperanza en medio de la pandemia.
Un impulso para el turismo local
La Semana Santa es también un momento importante para la economía local. Las procesiones atraen a miles de turistas que buscan vivir de cerca esta experiencia única. Los hoteles, restaurantes y comercios en general se ven beneficiados por el aumento de la actividad turística durante esta época del año. Aunque las restricciones y la reducción de aforo han impactado en la afluencia de turistas, la realización de las procesiones es una forma de incentivar el turismo local y apoyar a los comercios que han sido duramente golpeados por la crisis derivada de la pandemia.