En el año 2021, en un bar de copas, Jim Ratcliffe, el empresario más acaudalado del Reino Unido con una fortuna de 23.000 millones de dólares, se encontró con Ben Ainslie, el regatista más condecorado en la historia olímpica. Este encuentro tuvo un costo inesperado de 180 millones de euros para Ratcliffe, marcando así el gin tonic más caro de la historia. Este evento es significativo debido a la exorbitante suma de dinero que involucra y sus implicaciones en el mundo de los negocios y el deporte.
Un encuentro fortuito
El encuentro entre Jim Ratcliffe y Ben Ainslie no ocurrió en un despacho corporativo ni en un evento deportivo, sino en un ambiente mucho más relajado: un bar de copas. Aunque no se conoce quién pagó la ronda esa noche, el magnate inglés terminó desembolsando una cantidad astronómica que ha dado mucho que hablar. La charla informal se tradujo en una inversión significativa en el mundo del deporte náutico.
180 millones de euros: la cifra detrás del gin tonic
Este no fue un simple intercambio de bebidas y anécdotas. Jim Ratcliffe decidió invertir 180 millones de euros en el proyecto de Ben Ainslie, quien tiene una destacada carrera en el ámbito del deporte náutico. El objetivo fue apoyar un ambicioso programa de vela, mostrando cómo una reunión casual puede desembocar en una millonaria inversión y asociar nombres de alto perfil en ámbitos distintos como los negocios y el deporte.
Implicaciones de la inversión
La inversión destaca no solo por su magnitud, sino por lo que representa. El apoyo de Jim Ratcliffe a Ben Ainslie no solo es un gesto de confianza en el regatista, sino también una apuesta por la innovación y el desarrollo en la vela. Esta alianza puede aportar recursos y tecnología avanzada, acercando cada vez más al equipo de Ainslie a sus objetivos en competiciones internacionales.