El mantra “si te haces woke, te arruinas” es ya relativamente viejo en el mundo empresarial, pero sólo ahora empiezan a surgir ejemplos concretos de su aplicabilidad. Empresas estadounidenses como Jack Daniel’s, Harley-Davidson, Ford Motor y John Deere han decidido abandonar el tren de la corrección política y las protestas sociales en un intento de evitar el daño a su reputación y a sus ventas. Este movimiento ha generado un debate sobre la relación entre las empresas y los valores socio-políticos, así como el impacto que puede tener la toma de postura de una empresa en su éxito o fracaso. Las decisiones de estas compañías podrían marcar una tendencia hacia la neutralidad en cuestiones sensibles y al alejamiento del activismo empresarial.
El caso de Jack Daniel’s
Una de las empresas que ha dado un giro en su estrategia es Jack Daniel’s, conocida marca de whisky estadounidense. Después de haber respaldado públicamente el movimiento Black Lives Matter, la empresa comenzó a recibir críticas y muchas personas promovieron boicots contra la marca. Ante esta situación, Jack Daniel’s decidió retirar su apoyo público a la causa y enfocarse en su negocio principal: la producción y venta de whisky. A pesar de las críticas de algunos grupos, la empresa ha logrado mantener su posición en el mercado y proteger su reputación.
Las implicaciones para Harley-Davidson
Otra marca emblemática de Estados Unidos, Harley-Davidson, también ha optado por alejarse de las controversias políticas y enfocarse en su negocio principal. La empresa decidió no involucrarse activamente en los debates sobre el control de armas y los derechos de los motoristas, lo que le ha permitido mantenerse al margen de las críticas y los boicots. Esta estrategia ha sido bien recibida por sus seguidores y ha evitado posibles daños a su imagen y ventas.
Ford Motor y John Deere: el desafío de la neutralidad
En el caso de Ford Motor y John Deere, dos empresas muy arraigadas en la cultura estadounidense, han optado por adoptar una posición neutral en temas controversiales. Ford Motor, por ejemplo, evitó tomar partido en el debate sobre el cambio climático y los combustibles fósiles, centrándose en la innovación y el desarrollo de vehículos eléctricos. Por su parte, John Deere ha evitado involucrarse en las discusiones sobre la agricultura y el uso de pesticidas, y se ha enfocado en ofrecer soluciones tecnológicas para mejorar la productividad del sector. Estas decisiones han generado cierta controversia y han llevado a cuestionar el rol de las empresas en la promoción de ciertos valores o posturas políticas.