La Península Ibérica: Refugio Clave Durante la Glaciación

Un estudio revela que la península Ibérica fue un refugio climático crucial durante el Último Máximo Glacial, manteniendo continuidad genética que Italia no logró preservar.

Un equipo internacional de investigación liderado por Villalba-Mouco, del Institut de Biologia Evolutiva (CSIC-UPF) en Barcelona, ha descubierto que la península Ibérica fue un refugio climático crucial durante el Último Máximo Glacial, hace entre 19.000 y 25.000 años. El estudio analizó el ADN de una persona que vivió hace 23.000 años y cuyos restos se encontraron en la Cueva de Malalmuerzo, en Granada. Este hallazgo es significativo porque establece una continuidad genética entre la población anterior de la península y la población europea posterior, lo que no ocurrió en otras regiones como Italia.

El Refugio del Sur

Durante el Último Máximo Glacial, las temperaturas extremas y las condiciones inhóspitas en el norte de Europa llevaron al despoblamiento de estas áreas. Sin embargo, en el sur de Europa, concretamente en la península Ibérica, algunos grupos de cazadores recolectores encontraron un clima más soportable que les permitió subsistir. La investigación liderada por Villalba-Mouco examinó ADN antiguo y concluyó que aquellas poblaciones mantuvieron una continuidad genética a lo largo del tiempo, sirviendo como uno de los refugios más importantes del continente.

Descubrimientos en la Cueva de Malalmuerzo

El ADN analizado proviene de restos descubiertos en la Cueva de Malalmuerzo, situada en la provincia de Granada. Este hallazgo proporciona evidencia directa sobre cómo estas poblaciones lograron sobrevivir la glaciación y luego repoblar el continente europeo. El genetista Villalba-Mouco y su equipo señalaron que este ADN está emparentado tanto con la población anterior a la glaciación como con la posterior, algo que destaca en comparación con otras regiones europeas donde no se observa esta continuidad.

Comparación con Italia

En contraste, en Italia no se ha encontrado una continuidad genética entre las poblaciones anteriores y posteriores al Último Máximo Glacial. Esto sugiere que la península Ibérica tuvo un papel único y esencial en la repoblación de Europa. La falta de continuidad genética en otras zonas refuerza la importancia del sur de Europa como refugio durante uno de los periodos climáticos más extremos en la historia de la humanidad.

Implicaciones del Estudio

Este descubrimiento cambia la comprensión de cómo los seres humanos antiguos respondieron a los desafíos climáticos extremos. La información genética de la Cueva de Malalmuerzo ofrece una nueva perspectiva sobre la resiliencia y adaptabilidad de los cazadores recolectores. Según Villalba-Mouco,

“Este hallazgo no solo muestra la importancia de la región como refugio climático, sino también cómo sirvió de base para la futura repoblación del continente europeo”.

  • La península Ibérica fue un refugio durante el Último Máximo Glacial.
  • Un estudio liderado por Villalba-Mouco analizó ADN de 23.000 años de antigüedad.
  • Los restos fueron encontrados en la Cueva de Malalmuerzo, Granada.
  • Se encontró continuidad genética entre la población pre y post glaciación.
  • El hallazgo enfatiza la importancia de la península en la repoblación de Europa.
  • En Italia no se observó la misma continuidad genética.